miércoles, 19 de agosto de 2015

UNA FÁBRICA Y SUS "PLATOS ROTOS"


     "Somos como una colmena, y en las colmenas los zánganos se quedan fuera" se oía por megafonía de vez en cuando para estimular a los trabajadores (aunque no sé si tal frase era la más acertada).

      En 1941 comienza la actividad de esta fábrica de vajillas de porcelana y vidrio. Industria que crecía sin parar gracias a la gran calidad de sus productos y a la falta de competencia. Los años 60 fueron los de mayor auge de la compañía, ampliándose con la construcción de nuevas fábricas. Facturaba 5.000 millones de pesetas al año y tenía unos 5.000 empleados.

       En la década de los 70 varios factores afectaron a su buen funcionamiento. La crisis del petróleo a nivel mundial, la caída del régimen franquista (con quien el dirigente de la empresa tenía muy buenas relaciones) y la muerte del dueño y gestor que la había llevado al éxito, cayendo en manos de sus hijos que la llevaron  a la ruina en apenas unos años.
       Sólo 4 años después de la muerte del dueño, la empresa había reducido a casi la mitad su plantilla y las pérdidas alcanzaban casi los 1.400 millones de pesetas. Hubo varios intentos de relanzarla con nuevos recortes de personal y más inversión en nuevas tecnologías, pero la empresa estaba tocada y hundida.
     
       Sus dirigentes salpicados por delitos de apropiación indebida, estafa, alzamiento de bienes y delito contra la seguridad de los trabajadores, hicieron imposible que, la que había sido un referente nacional en el sector, recuperase ni pizca de su esplendor.
      En 2001 cierra sus puertas definitivamente en la quiebra y con miles de millones en deudas, incluidos los salarios de los empleados. Desde entonces, este inmenso complejo ha sido desmantelado y expoliado sobre todo por los trabajadores que no habían cobrado (ojo, que yo hubiera hecho lo mismo) y algún que otro okupa.

        Su futuro pasa por la demolición para vender los solares y liquidar cuentas... 












Moldes de algunas de las piezas que aquí se fabricaban.














Cuatro generaciones de soportes de almacenamiento de datos.


Un extraño canal que comunicaba dos plantas del edificio.






Este pasillo terminaba en una oficina con unas increíbles vistas de parte de la fábrica.














Seguimos subiendo y llegamos a la azotea donde las vistas son de vértigo.










     Bajamos de nuevo para salir al exterior donde había una especie de vivienda y la parte de la fábrica dedicada al tratamiento del vidrio.






























Un mar de cristal...




Destinos de la producción...




Zonas de almacenamiento y materia prima...






     La razón por la que siguen aquí estas piezas es que están inacabadas. A falta del esmaltado final, no son aptas para el uso.


























     Otro ejemplo más de cómo se hunden imperios por caer en manos de quienes no han trabajado en su levantamiento y se lo han dado todo hecho siempre... una pena...





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