viernes, 10 de octubre de 2014

LA Nº 12

     Invisible bajo la maleza, sólo el número de la puerta nos decía que aquello había sido una casa habitada y no un simple cobertizo que es lo que parece por su tamaño. No mide más de 15 metros cuadrados, incluyendo la cuadra, que ya suponía la mitad de la planta baja, y aún así, disponía de cocina y dos habitaciones además de esa cuadra. Me pareció un hogar entrañable, tanto por su distribución como por la humildad con que sus habitantes supieron darle vida a lo que para los demás no son más que cuatro paredes, literalmente... 


El número de la casa, apenas imperceptible...

Fregadero de piedra y pequeña alacena con una vieja sartén, también en piedra, pero recubierto con barro, no tiene el mejor acabado, pero fue perfectamente funcional.

La única cocina de la casa...

Vista de las escaleras a la segunda planta, sacada desde el escalón donde comenzaba la cuadra, separada de la zona habitable por un tabique de madera...

Lo que queda del armario de la cocina, foto sacada desde las escaleras...


La distribución de este segundo piso estaba hecha en madera, un pequeño tabique separaba la habitación con la cama de matrimonio del cuarto con dos camas plegables. El hueco oscuro que se ve a la izquierda de las escaleras ya es la cuadra...

Detrás de ese tabique podemos ver el cabecero de la cama grande. 
En este lado vemos las camas plegables, alguna ropa y unos  tazones...








Echamos la vista atrás y nos vamos...

Sé que no es un lugar espectacular, ni siquiera vistoso, no tenía ni luz ni agua corriente, pero creo que merecía su reportaje, aunque sólo sea para darle un minuto de gloria a un lugar que, seguro, pasó desapercibido en vida... 
Y yo me quejo de mis 70 metros... 

4 comentarios:

  1. Que peligro de perderse por la casa ehh, jajajaj, unas fotos muy buenas, saludos

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    1. jajaj ya te digo, entre pasillos infinitos y habitaciones :P
      Gracias Pedro :)

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  2. Brillante!!! ,,,,, vaya con el suelo del primer piso..... buff!!!
    Un saludo
    Jordi Vall

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    1. Sí! Me estoy acostumbrando a hacer malabarismos sobre esos suelos :P
      Muchas gracias, Jordi por estar siempre ahí!

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