martes, 12 de agosto de 2014

LA RECTORAL PICANTE


     Parecía inaccesible, muchas veces lo son, en este caso sólo había que estar dispuesta a arañarse, mancharse y arrastrarse como alumna de una academia militar... y la entrada apareció. Esta es la casa de un cura sin grandes detalles, pero lo suficientemente gráficos como para hacernos una idea de los pasatiempos de este lacayo del Señor, o quizá de sus monaguillos... En cualquier caso...

 "¡CON EL CLERO HEMOS TOPADO!"






La puerta principal cerrada, por supuesto. No mostraré el plan B, pero os diré que me estuve sacando espinas el resto del día...




En las cuadras... 




     Por fin dentro, había dos partes bien diferenciadas, una muy antigua de piedra con un pequeño torreón vacío y otra más nueva donde se mezclaban los objetos de la vida cotidiana con los propios de la vida religiosa...












Fue una sorpresa encontrar una reliquia como esta encima de esa caja de plástico verde, a la izquierda en la siguiente foto...


Un antiguo misal en latín pudriéndose en medio de la basura...






     En una de las páginas estaba escrito a mano la fecha de la misa en conmemoración de la muerte de un joven en 1947...




Entramos en el salón y otras habitaciones...












     Este es el cuarto que da nombre a este reportaje. Deduzco por la altura del interruptor de la luz, que era el dormitorio principal. Había una puerta que daba acceso... ¡a un pequeño palomar! los típicos de los pazos y casas ricas de hace siglos. Lo curioso, es que este palomar no albergaba palomas, sino botellas de licor, objetos personales como carteras, gafas... y revistas de "moral laxa"  ;)  
¿Era el escondite "humano" de este discípulo de Dios? 
Esto estaba tal cual sobre un banco...



     No es cuestión de mojigatería el haber difuminado las revistas... es que creo que sobran páginas en Internet donde conseguir ese tipo de contenido...







Este es el baño, alguien intentó llevarse la bañera sin calcular primero si cabría por la ventana...






     También contaba con un segundo servicio, el más extraño que he visto nunca, sin alicatado pero funcional... 


     Una sala anexa daba bastante mal rollo. Alguien había colocado en línea una serie de velas por el suelo, estaba completamente oscuro y contaba con una trampilla grande de madera que supongo que llevaría a un sótano, al que, en esta ocasión, por supuesto no baje...



     

La salida es obra de alguna lumbrera... espero que haya tenido pasamanos en sus tiempos...


El torreón




    



     Una visita que produce diferentes sensaciones durante su recorrido, pena de los tesoros ahí perdidos y condenados a terminar de pudrirse, mal rollo de los restos de algún ritual extraño y unas risas por el toque terrenal que escondía un lugar casi sagrado...


















8 comentarios:

  1. Vaya con el curita, muy buen reportaje, un saludo

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    1. Ya ves! haz lo que digo y no lo que hago :P Gracias Pedro por visitarme, como siempre un placer contar contigo, un saludo.

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  2. Bravo Navy Seal del Urbex, gran reportaje!! Tu lo has dicho, con el Clero hemos topado!

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    1. :P Navy Seal dice jajja, eso me gustó! Vale la pena el esfuerzo :) Gracias por comentar Isaac, un saludo

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  3. Respuestas
    1. Muchas gracias, Jordi! Es la primera vez que te veo por aqui, ojalá no sea la última :) gracias por tu visita!

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  4. Brutal! ! Me ha gustado mucho. .. genial

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