viernes, 4 de julio de 2014

CASA RÚSTICA

     
     Imaginad la casa más humilde y recóndita de una aldea gallega que nos recibe con las puertas abiertas (literalmente) y parece que con cara de ¡sorpresa! Seguro que no esperaba que sus secretos fuesen de interés... Se equivocaba... 

Bienvenidos a la casa rústica... 




     Esto es lo que encontramos al cruzar la puerta... Lo que veis colgado del techo es "unto", manteca de cerdo salada y rancia, ingrediente indispensable en el cocido gallego. Sí, ya sé que suena fatal, pero el que haya probado un cocido/caldo gallego de verdad, sabe de lo que hablo. Este en concreto, no sé cuánto tiempo lleva ahí ya que estaba completamente mordisqueado por los ratones...



Molino







Lareira (losa sobre la que se encendía el fuego para cocinar y calentarse) con horno de piedra

 Además de la lareira, disponía de cocina de leña...

Antigua plancha sobre el fregadero...

Salimos de la cocina y subimos las escaleras...



Un cuarto vacío con suelo muy frágil

Había restos de una pequeña hoguera... ¡dentro del cuarto!

Bajamos de nuevo y a la derecha encontramos un almacén o cuadra






     La pieza de madera colgada de la pared es parte de un carro tirado por vacas, difícil de ver hoy en día en funcionamiento (pero alguno queda).

Y volvemos por donde vinimos...

     Al lado derecho de la casa estaban las ruinas de otra que conservaba un precioso horno digno de ser fotografiado.





     Algunas casas actuales se construyeron sobre otras como esta y la mayoría están intentando recuperar o conservar la lareira y los hornos de entonces. Esta es muy antigua y ni siquiera parece que haya sido reformada nunca, no dispone de cocina de gas, pero sí de unas viejas neveras. Se ve que fue reutilizada. Una joya para mi gusto, cada vez más difícil de encontrar.